viernes, 1 de abril de 2011
Bittersweet Symphony.
Porque es una amarga y dulce
sinfonía lo que representa la vida.
Tratando de estirar el dinero
te vuelves un esclavo de él
entonces habrás muerto en vida.
Te conduciré río abajo a la única
salida donde jamás he estado prisionero.
Ya sabes, a la única que te lleva al origen
donde los caudales alimentan al sistema.
(Sí, esa es la puerta).
No existe el cambio, pero puedo cambiar,
puedo ser diferente, puedo cambiar mi vida,
pero sigo aquí, en mi molde,
aquí atado, a mi supuesto destino.
Pero soy un millón de personalidades
diferentes de un día a otro
y aún así no puedo cambiar, mi situación.
No, no; no, no, no....
(¿Alguna vez te has sentido aprisionado?)
Bueno, nunca he hecho una oración pero
esta noche, me encuentro arrodillado, así es.
Necesito escuchar algunos sonidos o señales
que reconozcan el dolor que llevo dentro, sí.
Dejo que la melodía empiece su concierto
permitiéndole limpiar mi mente de basura
para sentirme libre de ataduras, por ahora.
Pero las señales son insuficientes
y no hay nadie cantando para mí, ya.
No existe el cambio, pero puedo cambiar,
puedo ser diferente, puedo progresar.
Pero sigo aquí, atado a mi molde,
aquí aferrado, a mi falta de voluntad.
Pero soy un millón de personalidades
diferentes cada día que pasa
sin embargo no puedo dejar, mi cruz.
No, no; no, no, no...
(¿Alguna vez te has sentido atado?)
Puedo cambiar, puedo ser diferente.
Porque es una amarga y dulce
sinfonía esta vida que llevamos.
Trata de estirar el dinero otro poco,
trata de conseguir más para que alcance
y habrás caído en este juego mortal.
Te guiaré abajo de donde estás ahora, al único
sendero donde jamás he estado deprimido.
Ya captas, al único que te lleva a los lugares
donde todas las emociones convergen.
(Ándale, a ese mero).
Sabes que tengo el poder de cambiar,
puedo ser diferente, puedo progresar.
Pero sigo aquí, atorado a mi molde,
aquí atado, a mi escasa voluntad.
Y soy un millón de personalidades
diferentes cada día que transcurre
y ni así puedo quitarme, la atadura.
No, no; no, no, no...
No puedo desligarme, del pasado,
no, no; no, no, no...
Tengo miedo al cambio,
ni siquiera puedo cambiar mi aspecto,
no, no; no, no, no...
La única melodía que ya hemos recibido
es la de sexo y violencia... y un gran silencio.
(¿Alguna vez te has sentido atado?)
(Te llevaré al mero centro de la esperanza
donde jamás he estado deprimido)
Te conduciré río abajo a la única
tierra donde nunca he estado prisionero.
No arriba de donde estás ahora sino abajo,
a la salida donde jamás he estado decaído.
...ni sumido en la depresión.
...donde jamás he estado atado.
...donde jamás he sido prisionero.
...donde jamás estoy desesperado.
...donde jamás me encuentro angustiado.
¿Alguna vez te has sentido aprisionado?
¿Alguna vez te ha invadido la soledad?
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